Es una terapia y se considera una de las medicinas alternativas. Se basa en una imposición de manos con el fin de trasmitir una energía. De esta manera el terapeuta coloca sus manos sobre el cuerpo del paciente y éste obtiene unos beneficios en su organismo. La razón por la cual hay una mejoría en el estado físico se debe a la activación de los campos magnéticos del cuerpo humano. Por este motivo, el Reiki se puede utilizar igualmente para animales o plantas.

Principales características de la terapia:
La energía que se emplea en el Reiki tiene una dimensión física y al mismo tiempo espiritual. Así, el terapeuta va colocando sus manos por el cuerpo del paciente y durante el proceso se produce un incremento de la energía, con lo cual los campos magnéticos del paciente se equilibran y de esta manera se consigue un bienestar físico y emocional.
El elemento esencial del Reiki es de tipo energético. En este sentido, se utilizan tres fuentes de energía distintas: el calor, la electricidad y, de manera especial, el electromagnetismo.
La terapia de Reiki se puede plantear de dos maneras: proyectada hacia uno mismo o con un tratamiento a otras personas.
En una sesión de Reiki: en los preliminares de una sesión hay un intercambio de ideas entre el terapeuta y el paciente con el fin de conocer qué le pasa realmente al paciente. En la siguiente fase el terapeuta explica qué va a hacer a lo largo de la sesión. Luego se inicia el tratamiento con la imposición de manos y con el consiguiente intercambio de energía. En la terminología especializada se habla de un peinado del aura, de la conexión entre los chacra y el cosmos y del equilibrio entre los chacra. El terapeuta va detectando cuál es el estado del paciente, especialmente cómo se encuentran sus chacra. La sesión de Reiki finaliza cuando el terapeuta desconecta su propio campo magnético del campo magnético del paciente.
